Herbicidas.
Sólo en pocas ocasiones se ha intentado el control mediante herbicidas de infestaciones grandes de jacinto de agua que crecen bajo condiciones favorables (Scott et al. no fechado) y aún cuando se han invertido enormes recursos, como en Sudan, este tratamiento ha tenido poco efecto. Sin embargo, este método ha sido exitoso para el control de infestaciones pequeñas, de fácil acceso por tierra o mediante botes (Smith et al. 1984; Jamieson et al. 1977; C. Julian comunicación personal) y para erradicar infestaciones menores en regiones que son climáticamente desfavorables para el crecimiento de esta planta. Los herbicidas más comunmente usados han sido 2, 4-D, aminotriazole y glifosato, siendo el primero el más extensamente usado, además de ser relativamente barato.
El control mediante herbicidas requiere de un alto insumo de mano de obra y equipos mecánicos, po lo que puede resultar costoso. La inspección sistemática unida al tratamiento deben realizarse indefinidamente para evitar la regeneración de la infestación a partir de plantas y semillas dispersas. Este compromiso a largo plazo es con frecuencia difícil de mantener y constituye un costo continuado.
Existe también un costo ambiental en el uso de herbicidas. Los residuos de éstos en el agua y en los sedimentos pueden afectar el ambiente acuático y aniquilar los peces directamente o mediante la reducción de los niveles de oxígeno disuelto, como consecuencia de la descomposición de las malezas. Si los residuos son excesivos, el agua será inadecuada para consumo humano o para irrigación (Anon. 1985). El ser humano cobra más conciencia de los efectos de la contaminación sobre el ambiente, sobre si mismo y sobre sus animales domésticos. Muchas comunidades no toleran más la contaminación de su medio por plaguicidas.
Extracción física, drenaje. La extracción física tiene limitaciones obvias en su magnitud, además de seguramente tendrán lugar reinfestaciones a partir de fragmentos de plantas y semillas. Sin embargo, este método es ambientalmente "seguro" y útil para reducir pequeñas infestaciones y para el mantenimiento de canales. Si la extracción física es el único método de control usado, entonces la demanda de recursos será interminable. La extracción física puede ser por vía manual, por dragado o mediante una máquina cosechadora especialmente diseñada.
El drenaje permanente para secar un estanque o lago controla el jacinto de agua (Smith et al. 1984). Sin embargo, las semillas de la maleza poseen una larga longevidad (Matthews et al. 1977), por lo que si el área acumula de nuevo agua, las semillas podrán germinar y se producirá una reinfestación. El drenaje permanente puede ser un método efectivo de control en situaciones apropiadas donde la pérdida del agua no producirá inconvenientes a los poblados adyacentes de dejar sin agua a los animales domésticos, destruír una fuente local de alimentos (por ej. peces) o provocar otros efectos ambientales adversos.
El control mediante herbicidas requiere de un alto insumo de mano de obra y equipos mecánicos, po lo que puede resultar costoso. La inspección sistemática unida al tratamiento deben realizarse indefinidamente para evitar la regeneración de la infestación a partir de plantas y semillas dispersas. Este compromiso a largo plazo es con frecuencia difícil de mantener y constituye un costo continuado.
Existe también un costo ambiental en el uso de herbicidas. Los residuos de éstos en el agua y en los sedimentos pueden afectar el ambiente acuático y aniquilar los peces directamente o mediante la reducción de los niveles de oxígeno disuelto, como consecuencia de la descomposición de las malezas. Si los residuos son excesivos, el agua será inadecuada para consumo humano o para irrigación (Anon. 1985). El ser humano cobra más conciencia de los efectos de la contaminación sobre el ambiente, sobre si mismo y sobre sus animales domésticos. Muchas comunidades no toleran más la contaminación de su medio por plaguicidas.
Extracción física, drenaje. La extracción física tiene limitaciones obvias en su magnitud, además de seguramente tendrán lugar reinfestaciones a partir de fragmentos de plantas y semillas. Sin embargo, este método es ambientalmente "seguro" y útil para reducir pequeñas infestaciones y para el mantenimiento de canales. Si la extracción física es el único método de control usado, entonces la demanda de recursos será interminable. La extracción física puede ser por vía manual, por dragado o mediante una máquina cosechadora especialmente diseñada.
El drenaje permanente para secar un estanque o lago controla el jacinto de agua (Smith et al. 1984). Sin embargo, las semillas de la maleza poseen una larga longevidad (Matthews et al. 1977), por lo que si el área acumula de nuevo agua, las semillas podrán germinar y se producirá una reinfestación. El drenaje permanente puede ser un método efectivo de control en situaciones apropiadas donde la pérdida del agua no producirá inconvenientes a los poblados adyacentes de dejar sin agua a los animales domésticos, destruír una fuente local de alimentos (por ej. peces) o provocar otros efectos ambientales adversos.
Control Biológico.
La investigación sobre el control biológico del jacinto de agua comenzó en 1961 y los primeros agentes de control fueron liberados en EE.UU. alrededor de 10 años después (Perkins 1972, 1973). Actualmente se utilizan uno o más agentes de control en por lo menos 22 países (Julien 1992; Limon 1984). Como consecuencia, el jacinto de agua se ha controlado en algunos países y las infestaciones se han reducido en otros.
Seis artrópodos y 3 hongos (Tabla 1) han contribuído al control biológico del jacinto de agua (Harley y Wright 1984; Julien 1992), pero las especies que han resultado más exitosas son dos picudos (gorgojos): Neochettina bruchi Hustache y N. eichhorniae Warner, y una polilla Sameodes albiguttalis (Warren). Sin embargo, no se ha logrado un control óptimo en todas las situaciones, por lo que se evaluan otros agentes.
La situación actual es que:
· Se han descubierto agentes de control biológico en las áreas nativas del jacinto de agua
· La investigación ha demostrado que estos agentes no pueden sobrevivir y reproducirse sobre ninguna otra planta, excepto sobre jacinto de agua
· Estos agentes han controlado exitosamente esta maleza en varios países
· Se prevé que la investigación en curso mejore el nivel general de control
Esto significa que ya se disponen de agentes de control cabalmente investigados y comprobados. Estos agentes ha sido extensamente utilizados y la experiencia muestra que se pueden introducir en nuevas regiones, sin riesgos para el cultivo o el ambiente. Los costos de la introducción en las nuevas regiones son relativamente bajos, pero los proyectos tienen que ser dirigidos por científicos experimentados en el control biológico del jacinto de agua. Sin una dirección experta es probable que los proyectos fracasen y los escasos recursos se pierdan. El momento es excelente para un exitoso control biológico del jacinto de agua en la mayoría de las situaciones donde la planta resulte ser una maleza exótica (Harley y Forno 1989).
Los hongos Acremonium zonatum (Sawada) Gams y Cercospora piaropi Tharp (estrechamente relacionado con C. rodmanii Conway que se ha usado como agente de control en algunas situaciones en EE.UU.) parecen haberse diseminado por todo el mundo con el jacinto de agua y estos no deben ser normalmente introducidos como agentes de control biológico. Los síntomas generalmente son más evidentes en las hojas más viejas. Estos hongos por si solos no son especialmente dañinos, pero frecuentemente sus efectos se incrementan, sobre todo cuando las plantas están sometidas a stress por el ataque de insectos. El daño por el ácaro, Orthogalumna terebrantis, generalmente es más evidente sobre las hojas más viejas y este artrópodo es de dudoso valor como agente de control.
Seis artrópodos y 3 hongos (Tabla 1) han contribuído al control biológico del jacinto de agua (Harley y Wright 1984; Julien 1992), pero las especies que han resultado más exitosas son dos picudos (gorgojos): Neochettina bruchi Hustache y N. eichhorniae Warner, y una polilla Sameodes albiguttalis (Warren). Sin embargo, no se ha logrado un control óptimo en todas las situaciones, por lo que se evaluan otros agentes.
La situación actual es que:
· Se han descubierto agentes de control biológico en las áreas nativas del jacinto de agua
· La investigación ha demostrado que estos agentes no pueden sobrevivir y reproducirse sobre ninguna otra planta, excepto sobre jacinto de agua
· Estos agentes han controlado exitosamente esta maleza en varios países
· Se prevé que la investigación en curso mejore el nivel general de control
Esto significa que ya se disponen de agentes de control cabalmente investigados y comprobados. Estos agentes ha sido extensamente utilizados y la experiencia muestra que se pueden introducir en nuevas regiones, sin riesgos para el cultivo o el ambiente. Los costos de la introducción en las nuevas regiones son relativamente bajos, pero los proyectos tienen que ser dirigidos por científicos experimentados en el control biológico del jacinto de agua. Sin una dirección experta es probable que los proyectos fracasen y los escasos recursos se pierdan. El momento es excelente para un exitoso control biológico del jacinto de agua en la mayoría de las situaciones donde la planta resulte ser una maleza exótica (Harley y Forno 1989).
Los hongos Acremonium zonatum (Sawada) Gams y Cercospora piaropi Tharp (estrechamente relacionado con C. rodmanii Conway que se ha usado como agente de control en algunas situaciones en EE.UU.) parecen haberse diseminado por todo el mundo con el jacinto de agua y estos no deben ser normalmente introducidos como agentes de control biológico. Los síntomas generalmente son más evidentes en las hojas más viejas. Estos hongos por si solos no son especialmente dañinos, pero frecuentemente sus efectos se incrementan, sobre todo cuando las plantas están sometidas a stress por el ataque de insectos. El daño por el ácaro, Orthogalumna terebrantis, generalmente es más evidente sobre las hojas más viejas y este artrópodo es de dudoso valor como agente de control.
Manejo de las cuencas de agua y control integrado.
La proliferación del jacinto de agua en su habitat exótico está determinado principalmente por dos factores: el suministro de nutrientes y la ausencia de enemigos naturales de la maleza. Las estrategias de control serán completamente efectivas siempre que el manejo de las cuencas de agua como el control directo de la maleza sean bien dirigidos.
El manejo de las cuencas de agua puede tener efectos sobre los niveles de nutrientes de los ríos, lagos y otros cuerpos de agua, lo cual ya ha sido mencionado. Las cuencas de agua deben manejarse para controlar el jacinto de agua y otras malezas acuáticas flotantes, lo cual podrá ofrecer un nivel de vida aceptable y sostenible para la población que vive aledaña a la cuenca de agua, y para también conservar la ecología y la biodiversidad de la región (ver Howard-Williams y Thompson 1985; y Mitchell 1985 para una mayor discusión). El efecto de control que los enemigos naturales desarrollan sobre el jacinto de agua en su habitat nativo, se restablece en el habitat exótico a través del control biológico. La introducción agresiva del control biológico será el aspecto principal de una estrategia de control integrada, única vía que brindará un efecto economicamente sostenible, sin efectos colaterales adversos sobre la ecología, biodiversidad y también sobre la salud humana. Tal estrategia también incluirá la reducción del arrojo de nutrientes en el agua a través del manejo de la cuenca de agua y el uso de medidas de control a corto plazo, tales como el uso de los herbicidas, la extracción física y el drenáje en situaciones críticas. Se deben adoptar estrategias perfectamente formuladas como política de gobierno.
El manejo de las cuencas de agua puede tener efectos sobre los niveles de nutrientes de los ríos, lagos y otros cuerpos de agua, lo cual ya ha sido mencionado. Las cuencas de agua deben manejarse para controlar el jacinto de agua y otras malezas acuáticas flotantes, lo cual podrá ofrecer un nivel de vida aceptable y sostenible para la población que vive aledaña a la cuenca de agua, y para también conservar la ecología y la biodiversidad de la región (ver Howard-Williams y Thompson 1985; y Mitchell 1985 para una mayor discusión). El efecto de control que los enemigos naturales desarrollan sobre el jacinto de agua en su habitat nativo, se restablece en el habitat exótico a través del control biológico. La introducción agresiva del control biológico será el aspecto principal de una estrategia de control integrada, única vía que brindará un efecto economicamente sostenible, sin efectos colaterales adversos sobre la ecología, biodiversidad y también sobre la salud humana. Tal estrategia también incluirá la reducción del arrojo de nutrientes en el agua a través del manejo de la cuenca de agua y el uso de medidas de control a corto plazo, tales como el uso de los herbicidas, la extracción física y el drenáje en situaciones críticas. Se deben adoptar estrategias perfectamente formuladas como política de gobierno.
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